En este post te daremos algunas claves para establecer las bases de una buena autoestima en nuestros hijos.
Durante la segunda infancia, en el periodo de edad de los 4 a 6 años, se dan una serie de cambios que como padres nos gustaría saber identificar de cara a poder atender mejor las necesidades de nuestros hijos.
En este periodo tienen lugar el comienzo de la socialización, los procesos de identificación y un desarrollo importante del lenguaje. Se desarrolla también una gran imaginación y un realismo intelectual que da lugar a la formulación de numerosas preguntas.
Es cierto que en el momento actual resulta, quizás, más difícil informar y orientar a nuestros hijos respecto a lo sexual. A veces los padres carecen del vocabulario adecuado, o recibieron una educación llena de prejuicios en este tema, con lo que no saben cómo abordarlo.
LA EDUCACIÓN SEXUAL, UN ASPECTO ESENCIAL A TRATAR EN LA FAMILIA
Los hijos van necesitando esta información progresivamente con el despertar de su intimidad. El entorno actual se adelanta a resolver o anticipar respuestas a preguntas que los hijos ni siquiera tienen tiempo de formular. Esta información “de los de fuera” suele confundirles más que ayudarles y originar dificultades de cara a compartir sus dudas con sus padres. Los padres necesitan estar muy alerta y adelantarse a las olas de información que deforma.
Queridos papá y mamá:
Hoy es nuestro cumpleaños, cumplimos 12 años. Queremos un regalo importante y tenemos una advertencia importante para vosotros: ya os dijimos hace unos años, cuando iniciamos la tercera fase de la infancia, que descansarais. Ahora empezamos a sentir grandes necesidades y sospechamos que sois vosotros los que más nos podéis ayudar, sobre todo papá, porque tú mamá te estás volviendo un poco “pelmaza” y nos pones muy nerviosos con tus pesadeces: ¡siempre repites lo mismo y te enfadas mucho!
Efectivamente, es en este momento, en la adolescencia, cuando se observa el cambio más radical en el proceso de desarrollo de los hijos e hijas, lo que exige también un cambio radical en la acción educativa de los padres.
La duración de esta última fase del desarrollo, o juventud, como preámbulo para alcanzar la adultez depende del conjunto de las variables que hayan influido en el desarrollo hasta ahora: los rasgos aptitudinales, el ambiente familiar, la formación intelectual, las influencias ambientales, la asunción de compromisos, el nivel de autoexigencia, etc.
Todos ellos constituirán la clave de un desarrollo madurativo que les encamine hacia los compromisos y responsabilidades propios del adulto.
Analizamos el desarrollo del niño de 25 a 36 meses. ¿Corre sin caerse? ¿Sabe ponerse algunas prendas solo? ¿Sube y baja los escalones de uno en uno y sin ayuda?
La adolescencia es en este momento cuando se observa el cambio más radical en el proceso de desarrollo de los hijos e hijas, lo que exige también un cambio radical en la acción educativa de los padres.
Un hijo que sea lo bastante fuerte como para tener conciencia de sus debilidades y limitaciones;
…que sea lo bastante valiente para recobrar su ánimo cuando le surjan dificultades y tenga miedo;
…que sepa aceptar con nobleza la derrota honrosa y ser sencillo y generoso con los demás cuando obtenga la victoria;
Analizamos las características generales del niño de 13 a 24 meses. ¿Le llaman la atención los objetos de otros niños? ¿Puede caminar y levantar un juguete con una cuerda? ¿Le encanta hacer garabatos en un papel?
Darle desde la infancia cuanto desee, así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo.
Reíd si dice tonterías, así creerá que es muy gracioso.
No le dé ninguna información espiritual, ya la escogerá él cuando sea mayor.
Los estudios, la elección vocacional, el uso del tiempo libre, el dinero, las amistades, el trabajo, etc. ofrecen nuevos conflictos en los adolescentes y es necesaria una adecuada orientación desde la familia, ya que el ambiente tiene una especial influencia en este periodo.
Rebeldías, fugas, timidez, problemas de aceptación social, etc. son problemas que no aparecen en todos los casos, pero cuando aparecen, crean situaciones difíciles para ellos y para los miembros de la familia. Es importante estar alerta para no confundir las ‘crisis pasajeras’ con lo que pueden ser problemas más graves que requieren atención profesional.
LA DISLEXIA en la etapa escolar
Aunque diagnosticada en la fase anterior, es en esta etapa cuando el colegio presta especial atención a la adquisición de técnicas instrumentales (lectura, escritura y cálculo) y por lo tanto la Dislexia se manifiesta de forma más evidente.
Será el colegio el que informe a la familia y el que dará las pautas a seguir en su necesaria reeducación.
No traten de disipar mi dolor con grandes regalos y diversiones. Me duele el corazón y éste no sana con risas sino con caricias. Todo lo que necesito es la garantía de que, aunque estén separados, ninguno de los dos me abandonará.
Díganme con palabras y actitudes que puedo seguir amándolos a los dos y ayúdenme a mantener una relación estrecha con ambos. Después de todo, fueron ustedes quienes se escogieron mutuamente como mis padres.
Orientaciones educativas
Ayudar, únicamente, cuando existe en el adolescente conciencia de necesitar una ayuda o deseo de aceptarla. Si no es así aumentará la actitud de rechazo. Vuestra función será poner medios para que el adolescente descubra los límites de sus capacidades y crear deseos de ser ayudado cuando lo necesite verdaderamente. No se trata de pedir ayuda abiertamente (esto quizás no lo haga nunca porque le parece humillante), se trata más bien de saber detectar la situación. En ocasiones, el mejor procedimiento para conseguir esto es permitir que el hijo se equivoque.
Es importante que el adolescente refuerce sus recursos para defenderse de las influencias negativas del ambiente, especialmente de las que se derivan de las modas perniciosas y de la manipulación publicitaria de la sexualidad y los valores. Para conseguir este propósito es importante “abrirles los ojos”; es decir, proporcionarles información adecuada a su edad acerca de qué es la manipulación y cuáles son sus efectos.
Es fundamental, igualmente, fomentar la reflexión y el sentido crítico para que no acepten indiscriminadamente todo lo que se les propone u ofrece.
Es el momento de enseñarles a pensar, a informarse, a decidir y a realizar lo decidido responsablemente.
Es necesario que los adolescentes obtengan información acerca de sí mismos y de la realidad exterior, y que aprendan a actuar en conciencia con dicha información. Ello supondrá lo siguiente:
En el periodo de la adolescencia ya son plenamente conscientes de sus posibilidades aunque no tanto de sus limitaciones.
Aparece el conflicto interior de forma intensa y mantienen casi siempre un comportamiento negativo hacia los mayores.
Exigen ser tratados como adultos porque se sienten tratados como niños. (Decía un adolescente a su padre “No me trates como a un adulto porque aún no lo soy, ni como a un niño porque he dejado de serlo”).
Estas evaluaciones corresponden a las primeras etapas de la vida del niño y servirán a los padres para conocer si el desarrollo de su hijo sigue el ritmo evolutivo adecuado. Analizaremos las características generales del niño de 10 a 12 meses. ¿Se pone de rodillas? ¿Se mantiene de pie sin ayuda? ¿Utiliza la pinza digital?
Las personas que tienen anorexia suelen someterse a los deseos de los demás y no han aprendido a hacer frente a los problemas típicos de la adolescencia, del crecimiento y de lograr cierta independencia. Se cree que restringen la comida (en particular los hidratos de carbono) para obtener una sensación de control en una o más áreas de sus vidas.
Las personas que sufren bulimia (y el trastorno de atracones compulsivos) típicamente consumen enormes cantidades de comida de una vez, en general comida «basura», para reducir el estrés y aliviar la ansiedad. Detectar la bulimia a tiempo es fundamental para mejorar la recuperación de la persona que la padece.