NO DEBEMOS CONFUNDIRLO CON INDISCIPLINA.
Es necesario que se realice una exploración neurológica y psicológica adecuada.
Los casos no diagnosticados ni tratados, pueden tener secuelas, como el fracaso escolar, los problemas en las relaciones sociales y el comportamiento rebelde.
SÍNTOMAS:
- Dificultad para mantener la atención. No la pueden mantener durante mucho tiempo y se aburren a menudo a no ser que realicen actividades con gratificación inmediata.
- Conducta hiperactiva e inapropiada. Son más activos en todos los momentos del día sin excluir los fines de semana y mientras duermen. Es inquieto, no para de moverse, habla en exceso, golpea, etc.
- Dificultad para controlar los impulsos. Habla muy alto y mucho, no puede esperar su turno en las conversaciones, en los juegos, etc.
- Dificultad para seguir instrucciones. No entiende con precisión múltiples instrucciones, por lo tanto, olvida muchas veces lo que le hemos pedido. Es necesario recordarle continuamente lo que tiene que hacer.
- Trabajos y estudios de forma irregular. No es problema de inteligencia sino que no son capaces de acabar lo que han empezado y necesitan tener a alguien que les supervise lo que van haciendo.
PAUTAS PARA LOS PADRES:
- Reforzar el comportamiento adecuado con elogios, muestras de afecto o determinados premios. Cuando intentéis modificar comportamientos negativos explicadle el por qué. Tanto lo uno como lo otro debe hacerse de forma inmediata. Los castigos sólo conducen a la hostilidad.
- Tener muy claras las conductas que queréis modificar, observad su comportamiento y haced una lista por orden de prioridades.
- Programad cómo enfrentaros a situaciones conflictivas.
- Deberéis recordarle dos o tres normas que tenga que cumplir. Cuando deba hacer algo no le deis una larga lista de instrucciones y explicaciones, divididlas en partes o no las retendrá.
- Acordad la recompensa y explicadle las consecuencias en caso de que no respete las normas.
- Ir informando de cómo está actuando.
- Mantened la calma y el sentido del humor para que no pierda la autoestima.
- Replantearos las conductas que se necesiten mejorar, no os evaluéis negativamente.
- Poned límites educativos de forma estable e inamovible, aunque podéis dejar cierta flexibilidad.
- Trasmitidle lo que es capaz de hacer y reconocedle el esfuerzo que va realizando.
Es importante señalar que algunos niños presentan trastorno por déficit de atención (TDA) sin las conductas motoras de la hiperactividad. A nivel educativo las orientaciones educativas son las mismas expuestas. Aunque no presentan inquietud motora y suelen presentar menos problemas de conducta, su riesgo de fracaso escolar también es elevado.
El diagnóstico debe ser llevado a cabo por un profesional de la psicología.
El tratamiento suele incluir medidas psicoterapéuticas y psicoeducativas y, en función de la indicación del neurólogo, medicación con psicoestimulantes (metilfenidato, atomoxetina, etc.).
Puede consultarnos sin compromiso y le ofreceremos nuestra ayuda y atención en el momento en que lo necesite.