¿Cuándo hablamos de tristeza y cuándo de depresión?
La tristeza
Cuando hablamos de tristeza nos referimos a una de las emociones básicas o primarias que tiene el ser humano, ya que afecta a todos sin excepción en algún momento de nuestras vidas.
La tristeza puede aparecer cuando no logramos nuestros objetivos, cuando tenemos una pérdida, o en cualquier situación que implique dolor ya sea físico o emocional.
Es un estado normal y como tal, debemos aceptarla porque por sí sola no es indicador de ningún trastorno mental, su plazo de duración suele ser transitorio y limitado.
Aunque en muchas ocasiones se relaciona la tristeza con circunstancias negativas, en realidad es una emoción muy útil ya que nos alerta de cómo debemos tratarnos a nosotros mismos y nos permite hacernos conscientes de la situación.
La tristeza puede provocar que nos alejemos de otras personas o que perdamos interés por ciertas actividades pero también puede generar comportamientos de búsqueda de placer.
La depresión
Cuando hablamos de depresión, nos referimos a una psicopatología, en la que la persona que la padece manifiesta ciertos síntomas como pueden ser la tristeza, apatía, sentimientos de desesperanza, angustia, irritabilidad, fatiga entre otros, es decir, que la tristeza es solo uno de los síntomas de la depresión.
La depresión afecta directamente a la calidad de vida de las personas que la padecen donde se produce una alteración del funcionamiento normal del cerebro que puede durar meses, años incluso volverse crónico.
Aspectos clave para diferenciar la tristeza de la depresión
- Tiempo de duración: La tristeza tiene una duración breve y transitoria, es una emoción pasajera que por regla general, no necesita intervención psicológica, mientras que la depresión sino se trata de manera adecuada puede convertirse en crónica y deteriorar enormemente la calidad de vida de la persona que la padece.
- Anhedonia, falta de placer o interés por las cosas: Cuando una persona está triste se siente menos motivada para realizar actividades y puede que deje de hacer algunas cosas, pero sigue manteniéndose activa. Mientras que una persona con depresión se encuentra desesperanzada, desatiende sus obligaciones y no es capaz de sentir placer o interés por cosas que antes sí las sentía.
- Grado de aislamiento: una persona que está triste, suele buscar apoyo emocional en personas cercanas para expresar cómo se siente, mientras que una persona con depresión se suele aislar y rechazar el contacto con los demás porque prefiere guardarse sus sentimientos.
- Nivel de funcionalidad: una persona que se siente triste puede llegar a desatender levemente su vida diaria, mientras que una persona con depresión suele dejar de cumplir sus obligaciones laborales, familiares o sociales porque se siente incapaz de poder llevarlas a cabo
- Diferencias en la activación cerebral: una persona que está triste no suele experimentar cambios significativos a nivel de activación cerebral, mientras que un sujeto depresivo suele tener niveles inferiores de serotonina y una menor activación en distintas zonas cerebrales.
- La tristeza no necesita terapia la depresión sí: La tristeza es un estado transitorio y suele ser muy común que estas personas no necesiten ningún apoyo profesional. Sin embargo la depresión es un trastorno serio que debe ser tratado por los profesionales adecuados
Aprender a identificar de manera temprana las características de la depresión, puede llevarnos a ponernos en manos de profesionales cuanto antes y mitigar sus consecuencias.
Existen varios enfoques para tratar la depresión, sin embargo, multitud de investigaciones han avalado el enfoque de la terapia cognitivo conductual como el tratamiento de primera elección.
Recuerda que no es lo mismo estar triste que estar deprimido, por ello debes estar atento para detectar las diferencias y en el caso de que lo necesites nuestro equipo en Delphos estaremos encantados de atenderte.
Isabel Pérez Fraile
Psicólogo Colegiado M-34879
Máster en Psicología General Sanitaria