Influencia del Ambiente en la Educación de los Hijos

Influencia del ambiente en los hijos

Aún siendo la familia la escuela de la vida, no hay que menospreciar el papel del entorno.

Los hijos aprenden más deprisa de lo que nos imaginamos. Son observadores sencillos y se entregan con toda confianza.

Los hijos están hechos “de cera blanda” y, según van creciendo, van interiorizando cuantos actos se realizan a su alrededor. Ante ello, la acción e intervención educativas se deberán ir adaptando progresivamente para lograr la máxima armonía posible en el desarrollo de los niños, para ir formando su personalidad dentro del estilo que se viva en la familia y para evitar influencias negativas y favorecer las positivas.

El ejemplo en casa y fuera de ella será causa fundamental del equilibrio como personas.

Las palabras alimentan la razón y el ejemplo, el corazón. Los hijos se mueven más por los sentimientos que por la razón. La coherencia es una causa fundamental para crecer sin paliativos, tanto en casa como fuera de ella. La incoherencia y las contradicciones, crean confusiones y dudas que dificultan la estabilidad.

Es, por tanto, necesario cuidar las influencias ambientales para que se atengan y coincidan con la dirección y el sentido de la educación familiar.

Adviértase que no siempre acertamos en la familia ni tampoco en los otros ámbitos de influencia.

Los hijos  experimentarán errores, desviaciones y equivocaciones; no obstante, si hay un clima de naturalidad, confianza y amor, estas meteduras de pata, siempre y cuando se reconozcan y se pongan los medios para corregirlas, pueden convertirse en ocasiones muy valiosas de crecimiento.

La acción de influir y corregir en y desde la familia tiene siempre una fuerza especial. No debemos dejar que nuestros hijos frecuenten “cualquier” ambiente,  pero no es posible ni deseable controlar todos sus ambientes, todas sus acciones, todos sus amigos especialmente a partir de la adolescencia.

Nuestra experiencia como terapeutas nos ha llevado al convencimiento de que la buena voluntad de los padres de proteger a nuestros hijos en todo momento, no es suficiente.

Una de nuestras tareas educativas más útiles para evitar las malas influencias del ambiente será dotar a nuestros hijos de herramientas para aprender a manejarse en el mundo y hacerse responsables de su vida. El autocontrol, una adecuada autoestima, la crítica (y autocrítica) constructiva, la aceptación y la asertividad, son, entre otras, un escudo protector contra los efectos de situaciones y riesgos potencialmente peligrosos que deben ser cultivados desde la infancia.

En Delphos, llevamos muchos años ayudando a familias y adolescentes a superar las consecuencias de influencias inadecuadas. Si necesitas orientación, contacta con nosotros.

La sabiduría, no está en no equivocarse sino en reconocer y corregir los errores. En definitiva se trata de vivir la sencillez y complejidad de la vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *