Fracaso Escolar. ¿Se puede evitar?

fracaso escolar en niños

¿POR QUÉ FRACASAN NUESTROS CHICOS?

Sería estupendo tener una respuesta mágica que nos llevara a una solución global pero la realidad es que los factores que inciden en el bajo rendimiento pueden ser múltiples y deben ser analizados cuidadosamente.

En el departamento psicopedagógico de Delphos, llevamos muchos años trabajando con alumnos que presentan problemas de aprendizaje y, lo cierto, es que esta experiencia ha servido para reforzar nuestra premisa inicial: cada uno de nosotros somos únicos, exquisitamente singulares y diferentes.

No basta con poner una ‘etiqueta’, hay que ir más allá.

CADA PERSONA MERECE QUE SU CASO SEA ANALIZADO INDIVIDUALMENTE PARA PODER DISEÑAR EL PLAN DE ACCIÓN QUE SE AJUSTE A SUS NECESIDADES.

Aunque no es bueno simplificar podemos citar algunos factores que inciden directamente en el fracaso académico.

Las alteraciones de lenguaje, pueden suponer un lastre en la marcha escolar. El lenguaje es el vehículo de transmisión fundamental de los conocimientos en nuestro sistema de enseñanza. Así, la dificultad en la adquisición correcta de dos aprendizajes básicos, la lectura y la escritura, hace que el alumno fracase a la hora de alcanzar otros conocimientos porque no comprende lo que lee o no puede expresar lo que sabe.

Es recomendable una intervención temprana que evite que el alumno acumule ‘lagunas’ de conocimientos y adquiera un sentimiento de fracaso personal. A menudo oímos expresiones como ‘es inteligente pero…’.

A lo largo de la historia podemos encontrar infinidad de definiciones sobre la inteligencia. Quizás, lo más reseñable es señalar que no existe una, sino múltiples inteligencias, distintas capacidades necesarias para afrontar tareas distintas. No es lo mismo pintar un cuadro que resolver un problema de matemáticas, escribir un relato o impartir una conferencia.

A la hora de establecer un plan de tratamiento es fundamental conocer al alumno para apoyarle en la puesta en práctica de las estrategias más adecuadas en cada caso, aprovechando sus ‘buenas’ capacidades e intentando superar o minimizar el impacto de los puntos débiles.

Está claro, nadie es perfecto, a veces, la diferencia radica en cómo afrontar las dificultades y sacar partido a nuestras posibilidades.

Por ejemplo, los trastornos de ansiedad pueden estar en la base del bajo rendimiento de algunos niños (ese alumno que durante el examen ‘se queda en blanco’, el que tiene despistes y ‘no ve’ parte de los datos del problema, el que ayer se ‘sabía perfectamente la lección’ y parece haber olvidado la mitad cuando tiene que exponerla en público).

Colegio Adolescentes Ecucación

Los padres deben estar atentos, especialmente, durante la adolescencia para diferenciar cuando ciertas conductas típicas de esa edad, por su duración o intensidad, pueden ser síntoma de problema mayor. Habría que añadir a esta lista las alteraciones de comportamiento, los trastornos del estado de ánimo, la hiperactividad, los problemas en las relaciones familiares, etc que trataremos en futuros artículos.

En resumen, en Delphos estamos convencidos de que es posible intervenir en el fracaso escolar abordándolo desde una perspectiva multidisciplinar que permita contemplar al niño como un ser único y complejo. Realizando un diagnóstico adecuado a partir del cual el profesional, o los profesionales, más idóneos diseñen y apliquen el plan de tratamiento coordinado y personalizado que cada alumno necesita para mejorar. En otras ocasiones, son aspectos emocionales los que hacen que el alumno no rinda de acuerdo con sus capacidades intelectuales.

El ser humano no puede ‘diseccionarse’ en parcelas separadas. Somos una unidad de piensa, siente, recuerda, crea, imagina… y cuando existe algún problema físico o emocional nuestro rendimiento puede verse mermado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *