En el sistema de vida actual, especialmente si ambos padres trabajan, es necesario que cada miembro de la familia comparta y participe en la responsabilidad de las tareas domésticas. Si el niño crece viviendo que esta participación forma parte de la rutina diaria normal, lo incorporará a su sistema de vida como algo natural, aprenderá cooperar, a valorar lo que cuestan las cosas e irá ganando autonomía.
¿CÓMO HACERLO?
Cuando los niños y niñas todavía son pequeños, la tarea es fácil. A la mayoría les encanta recoger sus cosas, ayudar a papá o a mamá no es un aburrimiento. Les resulta divertido y hace que se sientan ‘mayores’ e importantes.
Las tareas deben ser apropiadas a la edad y capacidad del niñ@. Resulta útil ir cambiando las tareas, especialmente si hay más de un niño o niña en la familia. Cuando las tareas cambian, el niñ@ pensará con ilusión en las nuevas responsabilidades.
A continuación damos algunas sugerencias de los pasos que pueden seguir para conseguir que su hijo realice tareas domésticas:
- Establezca un determinado momento para que el niño o niña realice la tarea. Haga, por ejemplo, que el niño o niña ponga la mesa antes de la hora de comer, hágale recoger sus juguetes antes de ver los dibujos en la T.V., o haga que se cepille los dientes después de una comida y antes de salir de paseo.
- Explique al niñ@ cuál es el momento, el lugar, la tarea a realizar y cuales van a ser las consecuencias de hacerlo. Para ello:
- Fragmente la tarea en pequeños pasos. Por ejemplo, hacerse la cama consta de cuatro pasos: 1. Poner la sábana; 2. Extender la sábana de encima; 3. Colocar la almohada en su sitio… El primer día demuestre al niño o niña todos los pasos a seguir y explíquele lo que va haciendo.
- Muestre al niñ@ cómo ha de realizar la tarea. Explíqueselo, primero, mientras lo hace usted mismo.
- Estimule al niño o niña diciéndole qué es lo que debe hacer y elógiele a menudo.
- Si comete un error, anímele a volver a intentarlo y, si es necesario ayúdele a realizar correctamente la tarea. No le haga repetir tantas veces las mismas cosas que acabe enfadado o triste. Si sigue sin hacerlo bien, ya volverá a practicar al día siguiente. Asumir los errores y aprender de ellos es, también, un objetivo educativo importante.
- Refuerce cada pequeño éxito con un gesto cariñoso, una felicitación,…
Si queremos conseguir que la participación en casa sea un hábito, es importante que el adulto no haga las tareas asignadas al niñ@.
Si deja su ropa en el suelo y siempre se la recogemos, él no aprenderá que es su responsabilidad y pensará que da igual que recoja la ropa o no. Dígale lo que ocurrirá si a partir de este momento se olvida de hacerlo.

Las ‘sanciones’ pueden ir desde una expresión verbal ‘no me gusta que te comportes así’, hasta la retirada de ‘privilegios’, etc..
A menudo, los niñ@s no adquieren el hábito de ayudar en casa si alguien lo hace por ellos. Después, cuando son un poco mayores y los padres cambian los papeles y comienzan a exigir: «esto debes hacerlo tú», el reto será más difícil y surgirán más conflictos.
RECUERDE:
CUANTO MÁS TARDE COMIENCE EL NIÑ@ A AYUDAR EN CASA, MÁS DIFÍCIL SERÁ EDUCARLO PARA QUE SEA CONSTANTE Y ORDENADO EN TODO LO QUE HAGA.