Primero, decirles que las soluciones colectivas no sirven, cada persona tiene su problema y su forma de intentar resolverlo. Las orientaciones, consejos o advertencias que aportamos sirven como referentes que puedan sugerir el camino más adecuado, pero nunca aportamos ninguna solución concreta.
Sin conocer a la persona y sus circunstancias, no es posible sugerir ningún tratamiento.
Cada vez es más frecuente encontrar padres con cierta preocupación sobre las dificultades que sus hijos presentan para obtener unos resultados académicos satisfactorios. En muchos casos es consecuencia de un exceso de utilización de las nuevas tecnologías, que les ocupan mucho tiempo y les dificultan la atención necesaria para aprender.
Es cierto, que hasta no hace mucho, la mayor preocupación de los padres era la dependencia que generaban las drogas y sus gravísimas consecuencias, no solo en el rendimiento académico sino en el desarrollo personal. Aunque esta lamentable realidad sigue siendo una lacra, es un tema sobre el que la mayoría de los padres están alerta y si tienen la desgracia de que a sus hijos les pille esta repugnante plaga, procuran buscar las ayudas médicas, psicológicas y de especialistas u organizaciones que puedan resolver o paliar los problemas que van apareciendo.
Hoy aportamos otra realidad aparentemente menos dañina, que forma parte de la vida de nuestros hijos. Según las últimas estadísticas, casi el cien por cien de niños ha recibido estas Navidades algún videojuego de regalo y aceptando esta industria y su progreso imparable, conviene advertir los riesgos que mal utilizados pueden suponer en quien los usa.
La tecnología en todas sus formas tiene como objetivo facilitarnos la vida pero, como todos los medios, si no se usan adecuadamente, en vez de lograr el fin para el que fueron pensadas, pueden provocar el efecto contrario.
Indiscutiblemente, las nuevas tecnologías son una de las causas fundamentales del progreso de la llamada sociedad del bienestar y una herramienta fundamental en la sociedad actual y, probablemente más aún, en el futuro. Casi ninguno de los juegos o aparatos que salen al mercado son malos en sí mismos. Es más, nuestros niños y jóvenes deben conocerlos, pues en el mundo que les va a tocar vivir, las nuevas tecnologías serán algo esencial.
La mayoría son dignos de que se usen, además de llenar cierto tiempo de ocio, colaboran en el desarrollo de aptitudes y actitudes positivas.
Entonces, ¿por qué recibimos tantas cartas y llamadas de padres preocupados por este tema?
Según los últimos estudios realizados sobre la adicción a las nuevas tecnologías, es alarmante el porcentaje de jóvenes que la padecen.
La televisión, el ordenador, el móvil, Internet, los videojuegos, etc. pueden ser medios con excelentes resultados si se usan con una finalidad concreta y durante un tiempo concreto, si no es así, pueden generar una dependencia que les dificultará obtener el fruto adecuado de estas nuevas tecnologías.
¿Dónde está el secreto entonces?
En que se utilicen en forma y tiempo adecuados, estando alerta de algunas conductas y actitudes que pueden indicar que existe un problema, por ejemplo:
- Cuando el tiempo dedicado a estas actividades (videojuegos, redes sociales, etc.) es excesivo, dificulta las relaciones con la familia y los amigos, impide dedicar el tiempo necesario a estudiar, trabajar o desempeñar actividades de una vida normal.
- Cuando comienza a perderse el control de cuánto se juega y cuándo.
- Cuando el gasto en el teléfono móvil es excesivo o se gasta todo el dinero disponible en videojuegos.
- Cuando se empieza a tener un comportamiento compulsivo y desadaptativo. Se abandonan otras actividades sociales o recreativas para dedicar más tiempo a jugar, iniciando una tendencia al aislamiento.
Consejos para los padres
Un sencillo consejo para todos los padres, el uso de las tecnologías hoy es necesario, pero también lo es, mantener una vigilancia que les ayude a usarlas para lograr los objetivos y evitar a toda costa que adquieran dependencia y que no sepan vivir sin ellas. La dependencia, en todos los casos, es una patología de la libertad y del desarrollo.
Las nuevas tecnologías, son cada vez en más ámbitos, un medio necesario pero nunca un fin.
Si se observa alguno de los síntomas señalados y sospechan de un trastorno de adicción a la tecnología (aunque el adolescente y el joven traten de negarlos y rechacen las ayudas que se les proponen), los padres deben ser muy firmes, deben intentar convencerlos y buscar prontamente la asistencia psicológica de un equipo multiprofesional que realice un diagnóstico adecuado y proporcione un tratamiento eficaz.
Puede consultarnos sin compromiso y le ofreceremos nuestra ayuda y atención en el momento en que lo necesite.