Respetad sus opiniones para no herir sus sentimientos.
Admitid vuestras equivocaciones y reconocedlas ante ellos.
Mostrad simpatía por las ideas y deseos de vuestros hijos.
Preparadles para que puedan elegir libremente. Enseñadles a pensar y a decidir por sí mismos.
Enseñadle las obligaciones con vuestro ejemplo: aceptarán mejor los mandatos.
No les exijáis cosas imposibles. No le mandéis callar si con ello no hacen nada malo, o no les pidáis que se estén quietos pues esta edad es todo movimiento.
No les prometáis cosas que no podáis cumplir, ni castigos que luego no llevéis a cabo.
No empleéis la autoridad de modo repetitivo, pero usadla cuando sea necesario.
La falta de acuerdo entre padre y madre es causa de muchos fracasos.
Fomentad todos los aspectos positivos que tenga. Estos serán los que formen su carácter y su personalidad. A esta edad son especialmente sensibles a los comentarios negativos que de ellos se hacen.
Procurad que no se refugien en ningún rincón de evasión.