Cómo Combatir la Ansiedad

Cómo combatir la ansiedad y depresion

Aunque la ansiedad puede presentar una sintomatología variada, son frecuentes los síntomas psicosomáticos, físicos.

Cuando la ansiedad duele

Podríamos decir que ‘el cuerpo dice lo que las palabras callan’.

Dolores de cabeza (‘me va a estallar la cabeza’, ¿tal vez por tenerla demasiado llena?), dolores de espalda (¿será que sentimos llevar el mundo sobre nuestras espaldas?), dolores de estómago (¿qué nos estamos tragando que nos hace daño?).

No hay que olvidar que estos síntomas tienen una base biológica. Realmente, las respuestas de ansiedad son adaptativas. Están originariamente preparadas para responder a una situación de emergencia y son muy útiles, por ejemplo, si tenemos que huir de un incendio.

El título del libro de Robert M. Sapolsky lo ilustra estupendamente: “¿Por qué las cebras no tienen úlcera?”.

La respuesta es sencilla, la cebra pone en marcha estas medidas de emergencia en situaciones de peligro real e inmediato. Si es perseguida por un león, tiene taquicardia porque el corazón se acelera para bombear más sangre a las extremidades y poder correr, mecanismos no imprescindibles como la digestión, se detienen, el sistema muscular se tensa, los sentidos se ponen en alerta, etc.

Pero los seres humanos somos capaces de vivirnos perseguidos por un ‘león’ ante un examen, una entrevista de trabajo o por las demandas de nuestra vida diaria. Así, forzamos a nuestro cuerpo a mantener activas durante largos periodos estas reacciones adaptativas, diseñadas para funcionar durante breves lapsos de tiempo y nos sometemos a un desgaste físico y mental agotador.

No todos somos igual de vulnerables a los problemas de ansiedad

Influyen factores situacionales, sociales y, sobretodo, personales. Algunas personas tienen menor predisposición y/o han aprendido a lo largo de su vida a manejar las situaciones difíciles con estrategias más saludables. Otras, en cambio, sufren estos problemas con frecuencia e intensidad diversa.

¿Cómo hacer frente a la ansiedad?

De un lado, el adoptar un sistema de vida saludable nos puede ayudar. Por ejemplo, hacer deporte regularmente, reducir el consumo de excitantes, reír (sí, la risa es estupenda para bajar los niveles de ansiedad y estrés), actividades como el yoga o el tai-chi, ‘perdonarnos por no ser perfectos’, pararnos a diferenciar lo importante de lo accesorio, etc. pueden ayudarnos a conformar una forma de vivir menos propensa a sufrir estos síntomas.

Pero cuando la ansiedad genera un alto grado de sufrimiento es necesario buscar ayuda.

EN DELPHOS un gran equipo de profesionales te proporcionarán la ayuda que necesitas.

Fármacos y Psicoterapia

El recurso más utilizado para luchar contra la ansiedad son los fármacos. Según un informe del Ministerio de Sanidad, el consumo de ansiolíticos entre el año 2000 y el 2012 se ha incrementado el 57,4% en España. El consumo en nuestro país es superior a la media europea. No obstante, es importante señalar que hay otras alternativas de tratamiento como la psicoterapia.

Los fármacos son útiles y adecuados (siempre bajo control médico) pero son paliativos, no enseñan estrategias de afrontamiento, ni nos ayudarán a conocer qué aspectos de nuestra vida nos generan ansiedad ni a manejar mejor las situaciones estresantes del futuro.

Uso de Sistemas Personalizados de Dosificación SPD

Para la administración de fármacos es recomendable en muchas ocasiones el uso de Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD) que permite la toma de medicación diaria con las dosis adecuadas para el paciente, reduciendo los errores de dosificación y olvidos en las tomas del paciente

Tratamiento farmacológico y psicoterapia no son excluyentes. Dependiendo de cada caso puede ser adecuado uno, otro o ambos. Se trata de ayudar al paciente a poder luchar con las mejores armas y derrotar a esos ‘leones’ que aparecen en la arena de nuestras vidas.

Ref.

INFORME DE UTILIZACIÓN DE MEDICAMENTOS U/HAY/V1/17012014.

Utilización de medicamentos ansiolíticos e hipnóticos en España durante el periodo 2000-2012. Fecha de publicación: 27/01/2014

SAPOLSKY, ROBERT M. ¿POR QUÉ LAS CEBRAS NO TIENEN ÚLCERA?: LA GUÍA DEL ESTRÉS, ALIANZA EDITORIAL, 2008

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